Here... Something

Viendo la necesidad de escribir, sabiendo lo bien que puedo llegar a escribir; decidí idolatrar lo que escribo y publicarlo, de manera que solo unos cuantos, quizá los realmente interesados, lean lo que me llega por inspiración; quizá divina, quizá terrenal...

Gracias por Leer, disfruten.

Nela

sábado, 7 de mayo de 2011

Como Siempre...

Es de mucha gente escribir las mismas palabras bajo intenciones diferentes, e incluso sin intención alguna. Y me ha sucedido, es algo de repetirse en muchas ocasiones.

Pero hoy no tengo intención y estoy segura de que son palabras que no había llegado a decir. Escribo mucho, o lo suficiente -aunque nunca sería suficiente-, y en todos éstos años no había llegado a dedicarle unas palabras a mi Madre.

Estando pequeña siempre le llegaba con cartas hechas de puro amor, y quizá de sólo amor porque su decoración era saturada y poco exquisita. Y siempre tenía las mismas palabras: “Te amo Mamá”.
Ella las recibía y me daba de esos abrazos “no me olvides”, porque te dejaban una sensación de haber hecho algo bien. Aún así, eso es lo que hacen los niños, buscan la manera de encajar y ser reconocidos por cosas simples, sencillas, sinceras y llenas de amor e inocencia. 

Segundos que se volvieron minutos,que luego fueron horas y que hacen pasar días, semanas, meses y años por delante de nuestros ojos. 

Ahora, uno ni piensa en dar de ésas cartas sinceras. Busca la promoción de la crema con el perfume y las medias veladas, o los chocolates con flores, o las licuadoras y ollas a presión. Quienes han de tener más modo buscan la lavadora supersónica o algo así bien inventado para sacarle la platica a uno. Por quedar mejor que los otros hijos, por gastarle a la mamá en un sólo día… Cuando ni se acuerdan de ellas el resto del año.

¿Cuántos silencios tienen el corazón de cada una de nuestras Madres?

Yo, por mi parte, siempre he sido sencilla… y sin plata.

Y la plata que recibo, pues, viene de mi Mamá… Así que, salimos perdiendo todos.

Regalos… ¿regalos? Una crema, unas aretas, un chocolate, una camisa… Nada sería suficiente para tantas madrugadas, para tantos almuerzos empacados, para tantas trasnochadas cuando salgo a parrandiar, por tantas groserías y altanerías, por tantos sufrimientos y por tantas decepciones, por tantos gritos encontrados y desobediencias, por tantas bobadas y faltas de respeto, por cuestiones del clima, de la salud, de la vida…. Nada alcanzaría para mi Mamá.

Porque si soy como soy, es gracias a ella, a sus esfuerzos, a su amor. 

Si no fuera por sus oraciones, sus rezos, sus rosarios dedicados, sabrá Dios dónde andaría y bajo qué situaciones. Si no fuera por su temple, por sus pelas, por sus castigos, quizá no habría aprendido mi lección. Si no fuera por sus abrazos reconfortantes en momentos de desesperación, quizá no estaría aquí escribiéndole.
Uno joven y bello quiere vivir la vida, quiere hacer lo que quiera con el mundo que tiene por delante. Pero, ¿quién más que nuestra mamá para hacernos cambiar de parecer, guiarnos, aconsejarnos y no dejarnos solos en ningun momento?

Qué haríamos sin mamá. 

Lo bueno no dura como se dice por ahí, y es verdad. 

Así que, ni rosas, ni chocolates, ni cremas ni desodorantes. Amor, respeto, obediencia y eterna gratitud con ellas TODOS los días es un poquito de lo que se merecen, por todo lo que hicieron, hacen y harán por nosotros.
Es la vida de cada uno, pero es nuestra madre quien nos la dió.
Así que No hoy, ni mañana, ni dentro de dos años esperés para darle ese abrazo a tu mamá y decirle lo mucho que la amas.

"En mi Logro más grande, llenando de alegrías su rostro."
Lástima que no soy tan expresiva con mi mamá, por que si lo hago ella pensará que quiero algo a cambio… Por eso le escribo estas palabritas, que sabe que son desde lo más profundo de mi ser… De la vida misma que ella me dió.

Gracias Mamá. ♥

- Gloria St. Muñetón C. ♥