Lástima que nunca ha sido así.
Pero es la luna la que, llena de misterios, engalana la noche y deja volar a los soñadores; inspira, enamora, perdona... Es la presencia de Dios de la manera más sutil y preciosa.
En medio de la oscuridad, en medio de un cielo infinito, está ésa luz tan pura, extraña y hermosa.
He de opinar, perdón por mi intrusión, que la noche es el misterio por excelencia.
Oscuridad, secreto, delito, pecado y olvido. Son las mejores palabras con las que puedo describir la grandeza de la noche.
¿Qué mejor oportunidad para un ladrón que robar a quienes pasan por una oscura calle?
¿En qué otro momento puede el Infiel esconderse unas horas con su amante?
¿Qué otra situación para esconder algo que en la mitad de la noche, donde nadie sospecha nada?
¿Qué mejor engaño que llevar a alguien al filo de la muerte, en un silencio sepulcral a la luz de la luna?
Pero, ¿cuando más puede el enamorado estar con su amada en una noche estrellada al calor de las velas?
¿No sería una excelente oportunidad para el Ejecutivo descrestar con una buena cena mientras cierran el trato con una copa de vino?
Ah... La Noche.
Cuando los vampiros salen a alimentarse de la vida de otros, para tener vida, o para seguir muriendo en la eternidad.
Cuando la Luna llena da la parada a los Hombres Lobo para transformase en una naturaleza salvaje y hambrienta de carne fresca.
Cuando Magos y Brujas preparan pociones que sólo obran y maduran en ciertas fases de la Luna.
Cuando los duendes, en busca de diversión, distraen a los humanos con bromas tontas y espeluznantes.
Cuando los muertos viven, cuando las almas en pena lloran su desdicha, cuando los Ángeles acompañan y defienden de los demonios inmundos.
Cuando la Muerte llega, cuando la enfermedad se apodera, cuando Nace una nueva vida, cuando se espera que el mañana sea un mejor día.
Cuando escucho esa voz, que me recuerda por que vivo, y que me deja soñando hasta el otro día.
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