Here... Something

Viendo la necesidad de escribir, sabiendo lo bien que puedo llegar a escribir; decidí idolatrar lo que escribo y publicarlo, de manera que solo unos cuantos, quizá los realmente interesados, lean lo que me llega por inspiración; quizá divina, quizá terrenal...

Gracias por Leer, disfruten.

Nela

jueves, 31 de marzo de 2011

Capítulo Tercero: "Ambiguo"

(...) Por lo que había pasado no era nada comparado a lo que tenía que atravesar ahora. 
Cada reja necesitaba una llave, y pues, se supone que antes de cada reja hay un guardia. Pues, ni llave ni guardia.
Buscó en los pequeños cuartos donde los "Botones" tomaban su café y comían sus chucherías, por que cual de todos más pasado de peso. Aun asi, de nuevo, ni botones ni llaves. 

Intentó desesperadamente abrir la primera reja, sin éxito alguno. -"¡Todas las otras puertas ajustadas, y justo las más importantes bien aseguradas!" Qué contrariedad, como diría el culto. 
Pensó en algo que pudiera abrir o forzar la cerradura, pero no había herramienta alguna con qué trabajar. 
Se devolvió un poco, a mirar por el suelo por si alguien había soltado alguna llave o alguna pista. Nada.
Revisó las suites vacías, levantando colchones y fundas. Nada. 

Se le revolvió el estómago al entrar en una de las suites donde estaba descansando en paz un residente, era un tanto traumante ver que había alguien ahí sin vida, entonces, no había nadie, sólo el recuerdo de lo que fué. 
Continuó revisando el suelo, algo debía encontrar. Y efectivamente, cerca de un rincón había algo parecido a un pedazo de metal, como si estuviera tallado. Lo recogió y notó que no era sólo un pedazo de metal, era un metal que hacía parte de alguna insignia de algun botón. 
El muerto no era un residente. Y fijándose mejor, vió que debajo del tendido con el que estaba cubierto y manchado de sangre, lo poco que quedaba del uniforme. Estaba rasgado, como si hubiese sido torturado, y no habían llaves. 

Por tanteo calculado se sabía que los otros cuerpos eran otros botones, quizá los de cada reja o los que vigilaban cada jardín. El escape hubiese sido perfecto si él hubiese escapado también. No le quedó de otra que ir a revisar los otros cadáveres, que estaban totalmente muertos. O almenos, éso se veía desde afuera.  
Después de entrar a tres tumbas empezó a decaer su ánimo, su vigor y sus ganas de continuar, ¡estaban muertos por Dios santo! ¿Eso no era faltarles al respeto? Bueno, no tendrían como decir lo contrario. En fin, momentos existenciales. 
Como para no saberlo, si había unas llaves, pero no en los botones asesinados. Estaban justo al otro lado de la primera reja. Ahora sí, clase de elasticidad.
Nunca le sirvió ser el gordito de su clase de atletismo en la escuela, era el que menos corría, el que menos hacía, el que primero se cansaba y el que llegaba de último. Años frustrantes, y tampoco iba a ser un milagro que ahora después de tanto tiempo pudiera hacerlo.
Otro fallido intento, pero había que intentarlo. Estiró hasta donde no pudo su mano, primero la derecha; Nada, luego la izquierda; Tampoco. 
Depronto funcionaría con las piernas, pero, con ninguna. 

Y en ésos intentos desesperados notó algo más, los barrotes tenian una distancia suficiente para pasar entre ellos. Menos mal de la infancia no quedó ni el recuerdo de sus mejillas redondas. Como si fuera Gatúbela, estilizó su figura y empezó a pasar. Una pierna, una mano, medio tronco, protejer el patrimonio, el perfil, y el resto.¡Listo! Va una reja. 

Recogió las llaves que estaban más cerca de lo que parecían, y buscó la cerradura de la siguiente reja. Quedaban otras tres. 
Pero para sorpresa suya, ésta reja si estaba abierta, al igual que la siguiente, entonces, para nada tanto esfuerzo. Ya estaba cansado de correr, caminar, buscar... estaba cansado de estar en ése lugar, y eso era lo único que lo mantenía con "vida"... ¿?

Última reja, veía ya con claridad la luz del sol por la pequeña rendija de la puerta de salida. Caminaba con tanto esmero que no podía parar de sonreír, las cosas iban bien.
Quizo mirar atrás, y despedirse, pero no era hora de formalidades. Era momento de irse, de comenzar lo que debía haber hecho hace tanto, pero tanto tiempo.
Empujó la ultima puerta y se enfrentó al viento que le revolvía sus cabellos. Miró la entrada de la fuente, el lugar de los autos, otros dos botones muertos un poco más allá, y las únicas flores en todo el lugar. 
Se acercó, las tocó, sintió su aroma. El olor de la libertad. Y quizá un poco de la esencia de la justicia. Aún con sus cosas en la mano, caminó directo a lo que quedaba de entrada, la fuente estaba sin agua y los muertos ya tenían signos visibles de descomposición.

Con la frente en alto, muy en alto, volvía a ser parte de la sociedad, de la humanidad; por que, tantas veces le repitieron que no era nada, ni nadie, y que nunca lo volvería a ser. Lástima que quienes dijeron éso no pudieron ver cómo cambiaron las cosas. 
Y dirigiéndose hacia el occidente, comenzó a caminar justo al lado del camino, sin el humo para ver como todo pasa... Estaba vivo, ahora más que siempre, más que nunca. Y el recorrido apenas comenzaba.

martes, 29 de marzo de 2011

Capítulo Segundo: "Más y más..."

(...) La salida daba al primer "jardín", se aferró a su valentía como mujer a su cartera y miró detenidamente cada esquina. 
Era un espacio amplio, con algunas bancas y unas casetas donde vendían "comida", a éstas le llamaban el buffet. No había nadie, nada se movía y sólo se sentía la presencia del viento y de los "espantos" que un compañero alguna vez dijo. 
-"Correr, como pueda..."- Dicho y hecho. Salió corriendo a la caseta más cercana... Esperó. Nada se movió. Volvió a echar un ojo al lugar, y no lo creía. No había nadie. ¿Un motín? No hay cadáveres, o signos de lucha de alguien, o algo. No había cascos por el suelo y escudos destrozados como en el último intento. Pero, debia aprovechar.
Corrió hacia la segunda caseta, ahora estaba a una sola caseta de la siguiente puerta, que daba a la "Santa Sede" como le llamaban. Alguna vez un residente asesinó al Sacerdote de paso. 
Corrió una vez más, pero ésta vez fué derecho a la puerta, que también estaba ajustada. -"Me siento en un videojuego". Pensó. 
Con su valentía desgastada, agitado por su pobre estado físico (aunque hacía ejercicio) y con algo de hambre, haló la puerta. 

Recordó la vez que tuvo que pasar por el gran corredor de la "Santa sede" en los primeros años, cuando recibía visitas. Pero era hora de hacer su propia visita. 
Miró para los balcones de las suites, cada rincón, cada pared; respiraba profunda y lentamente para escuchar atentamente cualquier ruido. Nada. Nadie.
Dobló a la derecha para ir a la salida, a la izquierda estaba el "jacuzzi", el lugar de castigo. Siguió para salir al cuarto jardín, por que las otras puertas estaban en otra dirección. El cuarto jardín era el más "bonito", allí estaban los de menor sentencia, los del "kinder". Los que literalmente iban de paso. Por lo general eran adolescentes rebeldes que querían demostrar lo que no eran. Y que en éste lugar, aprendieron a serlo.
Allí tampoco había nadie. Estaba cansado de esperar que alguien apareciera. El suspenso lo mataba tanto como a ustedes.

Allí no había casetas, por que era más que obvio que padres, amigos, novias y madres de sus hijos venían a dejarles comida. Tenían más derecho, la ley los quería un poquito más. 
Ya no corría, sabía que no había nadie y no quería desgastarse más. Siguió derecho, por toda la mitad del jardín, mirando atentamente y casi sin espabilar. Otra puerta ajustada, otro mundo. Siguiente Nivel.
Éste no era un pasillo sino un gran salón, como el de la entrada de una mansión, con la diferencia de que acá ni había tanta decoración y no disfrutabas mucho tu estadía. El hotel era 3 estrellas como máximo. 
Cada vez muchísimo más cerca.
Pero, había una diferencia con las otras estancias. Habían residentes. 

-"Menos mal no corrí para pasar el jardín." Pensaba. Y era verdad, ahora sí debía sacar sus fuerzas para correr rápido y muy lejos. Faltaba tan poco.
Lo peculiar fué que nadie notó su presencia. Todos estaban acostados en sus "camas". Éso era un tanto extraño, la puerta al abrirla hizo un ruido relativamente fuerte como para no percatarse de que alguien está allí. Se acercó a una estancia mientras confirmaba su sospechar. -"Muertos".

No había signos de lucha o resistencia, pero sí se notaba claramente la sangre manchando el colchón y la rigidez del cuerpo sin vida. Ya se había acostumbrado a ver escenas así. 
Supuso que el resto de los que estaban allí estaban sin vida. No quería cerciorarse.
Otra vez estaba frente a otra puerta pero ésta estaba abierta de par en par, y era la puerta que daba al "Lobby" del Hotel. Unas cuantas rejas más y estaba afuera.

lunes, 28 de marzo de 2011

Capítulo primero: "El Hotel"

(...)"Si tan sólo pudiera pensarlo una vez más. He de intentarlo. He de tratar hacerlo. ¡PIENSA!"
Hablaba en la oscuridad de su pequeña estancia. Un cuarto, tres paredes, una reja, un techo bajo y un piso frío. Un baño, un grifo. Una cama de poco ancho, eso no era una cama. Una almohada vieja y sucia; allí no habían muchas sirvientas.
Debajo de lo que debía ser un colchón, con un espesor de nueve milímetros, algo de ropa en un montón, que servía mejor de almohada que de cualquier otra cosa.
Al lado de la "almohada", en una de las tres paredes, tenía una foto. Una foto muy vieja, que nisiquiera era de él. Era del que estaba allí antes. Estaba pegada con su propio recuerdo, por que no le quedó nada más. Por éso dejó de pensar.

Quienes siempre estuvieron a su lado, "¿qué será de ellos? ¿recordarán así como lo hago yo?" Pero la idea de la muerte era más que segura. Ya no era una idea, era una total realidad. Cada día sentía más su soledad y no podía seguir ocultándola. Y fueron ésas tres paredes las testigas de tal desahogo.

Con un clavo un tanto oxidado que ya no sostenía evidentemente el grifo, comenzó a copiar en un pequeño pedazo de pared una historia. No su historia, sino una historia. Quizá como el relato que aún escribo. 
Sin personajes, ni tiempos, ni espacios, ni realidades ni comparaciones. Sólo una historia. 
Hablaba de lo que era la vida, la muerte, el amor y el odio. Hablaba de la pasión como expresión extrema y externa de aquello que no se puede ocultar más. Y siguió, y siguió, y siguió.

Luego de casi dos días -incluyendo noches- de estar escribiendo, sintió hambre. Y notó que no había recibido su "comida", practicamente eso no era comida. Ya había aprendido a tragarla entera, ni intentar saborearla porque el veneno sicológico de ése sabor sería intoxicante. Sólo la tragaba y sabía que así se mantendría vivo. 
Notó algo más; la cerradura de la reja no estaba bien cerrada. Podría ser una trampa. 
Tuvo que decidir, entre intentar escapar y cerrarla de nuevo en acto de "honestidad". ¿Honestidad? Eso es aquel lugar no existía. "¡A la mierda con la honestidad!" exclamó para sí. Se levantó, recogió sus trebejos, los pocos que tenía, y cuando salía recordó aquella foto. Intentó despegarla pero por poco la rompe por la mitad, así que decidió dejarla. No olvidaría ésos rostros desconocidos que lo alentaron a seguir vivo, a recordar.

Cuidadosamente, como si se tratara de curar a un niño pequeño, corrió la reja sin mucho estruendo. Escuchó detenidamente por si alguien se acercaba. No venía nadie. Luego, echó una mirada a las otras "suites", como les decían los "invitados", pero tampoco había nadie. 
Fué corriendo otro tanto la reja, hasta que fué preciso el espacio para salir. Igual, no era tan robusto como para no pasar por ése espacio. 
Miró a ambos lados del amplio corredor. Nadie. Se dirigió a la salida que quedaba a mano izquierda. Con muchísimo cuidado. 
Su corazón latía más fuerte que nunca. Era la adrenalina de saber que podría salir de ése lugar, o de ser atrapado y asesinado en el intento. 
Cualquiera de las dos opciones le gustaban.

Se detuvo a unos centímetros de la ultima puerta, una pesada puerta de metal, oxidado en algunos lugares -la humedad en aquel lugar era espantosa-, que también estaba ajustada. 
Aunque no creía mucho en Dios, sabía que era mejor prevenir por si las moscas. Se persignó como su madre le había enseñado cuando salía para la escuela. Intentó decir algun rezo pero desistió. No debía perder tiempo. Así que simplemente dijo: "Dios, sacáme de ésta." Y abrió la puerta...

domingo, 27 de marzo de 2011

Melodías tan simétricas... ¡tan melódicas!

Como si fuera poco, no debí tratar de cambiar. No debí cometer ése gran GRAN error de no ser quien soy. 
Pero, he vuelto. Me reconozco de nuevo cuando me observo detenidamente en un espejo. Ahora no admiro mi peinado, ni mi poco maquillaje. Admiro que mi mirada vuelve a tener ése vigor, ésa felicidad escondida, recuperé mi belleza, he vuelto.

Ahora me siento frente al piano, a intentar hacer sonar mi corazón; aquel corazón que nunca habia entendido, que sonaba triste, adolorido por situaciones no propias, aquel corazón que quizá nunca quice mostrar realmente. Era parte de toda una conspiración de MI contra MI. Así que decidí cambiar la tonalidad.
No más Sol menor. ¡NO MAS! No más nostalgias, no más tonadas tristes y no más circulos viciosos. No más melodias suicidas, no más canciones deprimentes. No más noches sin sueño, no más cuentos sin final. Ahora he comenzado mi historia sin pensarlo tanto. 

Es tiempo de improvisar, ¡De saber hacerlo!, de aprenderme las escalas blues por completo y jugar con tanta felicidad. Por fin he notado que he dejado de ser una adolescente incomprendida, por que por fin me entendí.
Frente en alto, corazón firme y ojos llenos de verdad.

Detalles, detallar, ser detallista. Notarlo y darlo a conocer. Amar como nunca he amado, dejar de odiar y perdonar como debí hacerlo. Comprender que no es mi unica opinion, y que las cosas siempre tienen una razón de ser. Emprender el viaje por mí misma, pero no sola. 

Es tu decisión que me quieras acompañar, por que yo caminaré a tu lado.

jueves, 24 de marzo de 2011

"El Día en que él me acompañó"

Como si pudiera pensarlo mejor, las cosas estaban en el punto en el que debían estar. En la nada.
La misma clase a la misma hora con casi la misma gente, por que, como de costumbre, algunos faltaban en sus afanes cotidianos.
El cansancio de algunos, la poca disponibilidad de otros, y la falta de concentración del resto. Era lo mismo cada miércoles.
Pero, ése día fué diferente. Una clase que se convirtió en un compartir, dejando el cansancio de lado, haciendo un momento diferente en la rutina.

El tema de clase se desarrolló a cabalidad y era hora de salir. Algo tarde después de pasar hora y media en el mismo lugar.
Llovía torpemente, de ésa lluvia que moja pero no, de ésa lluvia que nos estorba pero que resfresca, que hace crecer las plantas que tienen nuestras abuelas en el patio de la casa.

Lo esperé, y me despedí como de costumbre, "Hasta el próximo martes" le dije. Él me contestó el saludo con un "Cuídate", una respuesta algo común en su hablar. Salí con otros dos acompañantes hacia el bus que pasa cerca de mi casa. Ahí fué cuando recordé que, la vez pasada, él me había acompañado en el mismo bus; y fué solo recordarlo para devolverme unos cuantos pasos a preguntarle: "¿Nos vamos juntos?". Él contestó con un "Claro claro." Estaba empacando afanadamente algunas cosas.

Salió cerrando el salón, armado sólo con su carpeta de asistencia. Yo estaba con mi usual chamarra magenta, hacía algo de frío y sabía que si no me cuidaba, pescaría una gripa en cualquier momento.
Nos dirigimos a la parada del bus, una cuadra arriba. Y fué un tanto extraña la ausencia de los autos pasando. Cuando llegamos a la esquina fué donde notamos el accidente que había ocurrido tan solo a una cuadra. Justo por la ruta del bus.
"Aaaggh" exclamó el, en un tono que dejó más que claro que, én ese bus, no habia modo. Una persona al ver nuestra confusión, se acercó y dijo: "Ése bus pasa dos cuadras antes, si quieren caminan y ahi lo esperan."
Yo consideré ésa una buena opcion, igual no era muy lejos. Pero no fuí la que tomó ésa decisión.
"No, vamos hasta el parque." Me dijo sin dirigirse a mí, aunque era más que obvio que se dirigía a mi.

Sin terminar de decirlo y ya había emprendido marcha, me despedí de mis compañeros y comencé a trotar detrás de él. Supongo que notó éso y empezó a caminar más despacio. No hablabamos de nada.
Hasta que, no recuerdo muy bien como, terminamos hablando de que la muerte hoy en día era un espectáculo; claro, viendo pues el gentío acumulado unas cuadras atrás alrededor del accidente. Claro, luego él corrigió lo dicho, y continuó con que siempre ha sido un espectaculo.
Cosa la cual, era verdad. Mi apunte fué un tanto determinante para comenzar otra discusión, casi siempre nuestros diálogos eran ponencias sobre una u otra cosa. No había día en el que éso no sucediera.
Dije: "La única diferencia con la historia, es que ántes la gente pagaba para ver ésos espectáculos." Lo dije refiriéndome al dato histórico que él planteó sobre los gladiadores en el coliseo romano. (Sí, también recordé ésa película.)
Él en su común intención verbal ofensiva reprochó diciendo: "¿Ah si? Y si estás tan informada, ¿cuánto valía la entrada?" Mi respuesta fué inesperada: "Esperate llamo a mi contacto para que me confirme" PLOP. Ahí se dió fin por sí sola la conversación.

Luego caminando, llegando a donde se supone pasaría el bus, busqué en mi bolso la billetera, para alistar previamente el pasaje, de manera que no me afanara buscando la ultima moneda justo cuando me subiera.

Continuamos caminando por el bullicio de algunos locales. Bares, restarurantes, Heladerías (no como las de otras épocas) y hasta barberías. Para ser sincera, no tenía idea de cual bus ibamos a cojer, igual, esa decision no la iba a tomar yo. 
Ya en mi preocupacion, preparándome sicológicamente para ver donde me iba a bajar, le pregunté que dónde exactamente ibamos a cojer el bus. Él en tono un tanto burlón dijo: "Déjese llevar..." A lo que contesté: "Eso llevo haciendo desde hace más de cinco cuadras." Otro pequeño momento de silencio y nos detuvimos en una esquina. Donde olía a carne asada, por que, estaban asando carne. 

Ahí si, empezó a llover un tanto menos torpe, llovía mas bien como con más ganitas y me puse el gorrito de mi buso. Él, aún armado de su carpetica, no tenía nada mas. A excepción de su gorra. Y efectivamente, esperando el bus esperando el bus...♪♫♪ 

Aún asi, no hablabamos nada. Terminé de revolcar mi bolso por una moneda y noté que tenía una chocolatina pequeña. Pues, me lamenté enormemente que no me la podía comer. Y sabiendo que a él le gustaban tanto, le dije: "¿Querés chocolatina? Es que me la dieron pero no me la puedo comer." Efectivamente, no moduló nada y la recibió, e inmediatamente la abrió para comerla. Luego, cayendo en cuenta del por qué se la di, me preguntó: "¿Porqué no te la podías comer?" Le respondí que era más que todo por salud y por cuidar mi esbelta figura. Bueno, realmente, no. Sólo por salud. 
Ahí terminó ese tema.

Qué palabras tan punzantes las que decíamos que cortaban cualquier tema.
La farola que estaba delante de nosotros y que iluminaba la calle se apagó repentinamente, y pues, pensando sin hablar dije: "¡Hay! Se apagó." Cosa a la que él contestó: "Pues, así mejor ¿no?" Lo dijo en un tono que no quice identificar en ése momento, por que de inmediato dije: "Si claro, mejor para que nos atraquen." No era miedo, como él pensó. Sólo que, era mejor tener precaución, y una calle relativamente sola y relativamente oscura, era perfecta para un hermoso asalto. 
Y si algo me daría ira en ésta existencia (o en otra), es que me quiten algo por lo que YO trabajé. Pero, efectivametne, a él no se le ocurrió éso. Sólo dijo que debería dejar de vivir con ése miedo. Tema cerrado.

Ahora, retomando mi duda sobre cuál sería la ruta, él entró en un dilema de si ir en el bus que pasaba justo por su casa, o si acompañarme y caminar unas "cuadritas" bajo la torpe lluvia. 
Fué por eso que se me ocurrió ésta historia, justo bajo recomendación de él. Porque decidió acompañarme.

Y, me sentí mal, sí, me sentí mal. Por que lo hice caminar, y mojar. Y en el trayecto del bus caí en cuenta de éso, y me sentí mal. 
Justo en ése bus, iba un compañero de la clase, a quien saludamos, y un vecino que por casualidad se montó también ahí. Recordamos algunos de los comentarios graciosos de la clase, y aporté un buen chiste para continuar la conversación. Luego, la lluvia no fue para nada torpe, y eran evidentes las gotas grandes que pegaban contra el vidrio de las ventanas. 
Ahí me sentí peor. Y en tono lastimero, pero no con lástima, le dije que lo sentía mucho, y que me sentía culpable por hacerlo mojar. Aunque, él fué el que decidió acompañarme. 
Intenté persuadirlo de que usara mi chaqueta, con un color que "resaltaría" sus ojos. Pero él se negó. 
Se bajó un tanto antes que yo, se despidió de mi compañero y se enfrentó a la lluvia.

Poco trecho después, era mi parada; me despedí de mi compañero y me bajé en la misma parte en la que se bajaba mi vecino. Me despedí de él, y me encontré con mi Madre que me esperaba con una sombrilla. 

Llegué a mi casa, un tanto mojada, y me cambié.
Revisé lo último de mi correo y de mis apuntes. Y lo vi conectado. Le hablé, y le dije, otra vez, que me sentia mal por haberlo hecho mojar; A lo que él contestó: "De nada mija, relax, y si quería entablar una conversación, hay maneras mas fáciles y diferentes de hacerlo." Palabras punzantes que no hacen daño. Como siempre lo hacía... Le contesté que no era sólo eso, sino que le agradecía por acompañarme. Él añadió: "No pues, hacé una película que se llame 'El Día en que él me acompañó'." - "Mejor primero escribo el libro, para que lo adapten". Y efectivamente, éso quice hacer. Ahora que lleguen los guionistas, recibo propuestas.

En conclusión, gracias a eso no llegué del todo sola a mi casa, no fué tan horrible la aventura de buscar el bus, y su compañía como en ocasiones anteriores fué grata. Ahora le debo otra chocolatina bajo convicción, mas no por "desinterés". 
Quede claro.

Y Todo tiene sentido... ¿cierto?

Ahora veo todo con claridad. Bueno, con un gris pálido...
Pero, ni tan claro como pensé, ¿en serio sos vos? ¿Acaso todo esto está pasando? No, no puede ser. Me niego, me niego a ser parte de éso. ¡NO!
Se me hiela la piel de sólo recordarlo. No hagas de mi un nudo de ilusiones, por que, ya he aprendido a aterrizar. O... ¿ésto es un atentado?

Justo fué ayer cuando me dió por pensarte, y sí, te pensé. Me hizo daño intentar cambiarte, y te dejé igual a como te imaginé. Luego te conocí, y las cosas fueron diferentes a lo previsto, y no lo ví. Habías cambiado por mí, para no ser como quise, sino como debías ser. 
Ahora me vuelvo a preguntar si es parte de lo que siento... Pero no te siento. Te pienso y eso es aún mejor.

martes, 22 de marzo de 2011

Some Rhythm over here!

Hermosa Canción... Disfruten!
 

When we are dancing and you're dangerously near me
I get ideas, I get ideas
I want to hold you so much closer than I dare to
I want to scold you 'cause I care more than I care to


And when you touch me and there's fire in every finger
I get ideas, I get ideas
And after we have kissed goodnight and still you linger
I kinda think you get ideas too


Your eyes are always saying the things you're never saying
I only hope they're saying that you could love me too
For that's the whole idea it's true,
The lovely idea that I'm falling in love with you

jueves, 17 de marzo de 2011

"Se dijo a sí mismo..."

(...) Con un cigarrillo en la mano se dispuso a cruzar la calle, mientras revolvía su cabello para ponerse la boina.
Sí, hacía siempre el mismo movimiento detrás de su oreja izquierda con la mano derecha, acomodándose los cabellos largos que no tenían remedio alguno. Eran las 4 de la tarde.

Hacía un cielo incomprendido, de ésos cielos que no se sabe si va a llover o si se preparan minuciosamente para mostrar el mejor de los atardeceres. Su intención era llegar al lugar debido, sin distracciones, sin pensarlo dos veces, sólo llegar puntual.

Aunque, lo estaba pensando dos veces. Comenzaba a repasar la instruccion y se daba cuenta que no era lo que debía ser. ¿Correr? ¡Ni en las curvas! Sus zapatillas eran nuevas y no fueron para nada económicas. Además, su abrigo de $970 dólares no lo dejaría correr con libertad. "Debe haber otra salida" Pensó una vez más. 

Buscó aceleradamente en sus bolsillos mientras caminaba estrujando entre la multitud, el cigarrillo se había perdido siete pasos atrás. No tenía dinero alguno. Lo último fué lo justo para comprar las zapatillas y un rico café de Bernadette, en la esquina de la librería. Sólo unos centavos que no alcanzaban ni para tomar el autobús. 

Eran ya las cuatro y cuarto, y la catedral se llenaba lentamente. "Seguramente un funeral antes de la misa de cinco y treinta" le dijo una mujer a lo que debía ser su marido. No le importaba.

Estaba tarde y no quería llegar, pero si tomaba un desvío se darían cuenta. Si huía alguien más lo sabría; "Acá las farolas tienen ojos y oídos" se dijo a sí mismo, en voz relativamente baja y sin mover mucho los labios. No quería que lo tomaran por loco, hablando solo, aún siendo síntoma de genialidad. 

Debía tomar una decisión rápida, certera, propicia para él. Ya era hora de pensar en él. No quería llegar, no estaba muy lejos. Las ruedas de los coches goleaban el empedrado al pasar, todo pasaba lentamente por su cabeza. Y no sabía que hacer...

Crecer

Realmente me he dado cuenta de que las cosas no son como alguna vez lo fueron. Los tiempos, las personas, las realidades y la vida cambian. 
Eso afecta cualquier relacion que tengamos con lo que vivimos, hacemos, experimentamos, compartimos y conocemos. 

Ahora estoy en una etapa de la vida en la que despertás a muchas cosas; empezando a tener prioridades, a cuidar más el dinero, a negociar y persuadir, a aprender y no tener miedo a equivocarse, a cambiar costumbres y apegos... Cosas tan simples como saber la ruta de buses de la ciudad, saber dar direcciones, y cambiar la gaseosa por un tinto bien sabroso. 

Empezás a interesarte por las noticias, por lo que pasa a diario, por vivir enterado de aquello que te interesa y que te afecta. Tener un poquito mas de conciencia con lo que hacés y preocuparte más por lo que pasa en tu casa y con tus allegados.

Empezás a recibir llamadas de viejos amigos donde te acordas de ciertas cosas que viviste hace más de cuatro o cinco años; querés estar haciendo algo productivo, que esté relacionado con tu proyecto. 
Evalúas aquello que en algún momento te puede servir, y te das cuenta que aunque estás joven, es hora de empezar a crecer. 
Aunque, lastimosamente no en estatura, pero eso es algo genético. Sos más persona que antes.
Como adolescente uno es un ENTE en la sociedad, por que no hay interés específico por nada que no sea pasajero o un tanto inútil. 

Supongo que muchos de mi edad no piensan asi, pero estoy segura que HOY, en el mundo que estamos viviendo, en el ajetreo de que lo que sirve es lo nuevo, en el que hay que estar enterado de todo para no perder oportunidades, en donde el estudio cambia sus métodos todos los dias, en donde investigar no se vuelve un trabajo sino algo parte de tu rutina... se obliga a cambiar el cómo pensar.

Y también el qué pensar. Por que, no es el hecho de volverse un ser humano "interesante" o "intelectual" por que creaste una cuenta de Twitter la semana pasada. Es sacarle provecho a todas éstas herramientas y sacar tambien tus propias deducciones al respecto. Inquietarte por lo que pasa a tu alrededor. 
Quien sabe si puedas ser la solucion para algo importante, pero no soñemos tanto. 

Ahí les dejo ése trompo... Es hora de despertar en todo aspecto! En comprometerse con tu futuro y en contribuír con lo que podás descubrir. ¡Es toda una experiencia! Y es más que todo, un trabajo de retroalimentacion. Por que para eso vivimos, para aprender, para enseñar, para descubrir, para experimentar, y porqué no, para Amar... para vivir, para morir.


"En principio la investigación necesita más cabezas que medios." - Severo Ochoa (Premio Nóbel de Medicina 1959)

miércoles, 16 de marzo de 2011

For Today :D

La canción recomendada para el día de hoy es ésta.

Sum 41 - In too deep

¡Me trae tantos recuerdos! Lo que llaman el despertar musical a las tendencias de ése entonces. 
¡Casi 11 años!
Además, el video es muy entretenido.

Disfruten. :)

martes, 15 de marzo de 2011

Razones... ¿Son Muchas?

Yo te miro, y te miro detenidamente, y me termino de convencer. 
No sos vos, por que no lo sos; Sólo necesito alguien con quien inventar una vida cada noche.

Del cómo será mañana, incluso el ahora. Ahí estas vos, como un maniquí completando una colección, así te tengo. Sos parte de aquello que algún día pasará, pero no pasará con vos. 
Es increíble como me suceden cosas extrañas contigo, que nisiquiera puedo comprender, pero no quiero buscarle alguna explicación. Tuviste tu oportunidad. 
¿Frustrante? Depronto para tí, aunque no lo sé; pero por mi parte, todo va lo más de bien. Gracias.

Sólo quiero pensar que en algún momento de mi vida conoceré a alguien que me la cambie totalmente, o que me la complemente, o que me diga lo que nunca antes me había dicho otra persona. Y yo a vos ya te conocí, ya te hablé y no me dijiste nada, y pues, aunque no tengo vacíos en mi vida, tampoco la complementás. 

Somos extraños que nos conocemos bastante bien, y así ha funcionado nuestra vida siempre, no hay nada por qué preocuparse. 
Conozcamos a quien debe estar en ése lugar primero, y gracias por estar ahí. 

lunes, 14 de marzo de 2011

Más felíz...

¡Que marrano estrenando lazo!

Quería decirles a ustedes, lectores, que les agradezco profundamente el mero hecho que lean... aunque, pues, eso hacen los lectores, ¿no? 
Me pone demasiado contenta saber que lo que reúno en tantas palabras y signos de puntuación, alguien, en alguna parte, los lee... Ya van más de 110 visitas SÓLO éste mes... ¡Estoy que lloro!

"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Oscar Wilde 

Gracias infinitas sujetos lectores... 

PD: recuerden, alguna sugerencia, reclamo, opinión, me los pueden hacer saber comentando acá mismo o al correo: 
nelfajazz@hotmail.com

Las leeré con el mismo interés que uds leen lo que copio... este es todo un trabajo de retroalimentacion.
Y de nuevo, gracias!!

viernes, 11 de marzo de 2011

Free Fallin'

Ésta semana escuché una hermosa canción... Y me puse a pensar: "Oh, qué canción tan bonita; la letra es extraña, poco coherente, pero, qué voz tan dulce!... Como la suya... como alguna vez fué la mia...
 Sólo caigo... libre! soy libre de caer! pero obligada a levantarme... Cada vez.

El tiempo... Dios, el tiempo se ha encargado de hacernos lo que somos. Por que con el tiempo viene el resto de situaciones. Situaciones que exigen espera, decisiones aceleradas, el deseo de tomar un descanso... el deseo de detener el tiempo justo cuando te beso. Pero nunca se detiene. 

Para eso existen los sueños, para hacer cada noche el mismo momento eterno... hasta que nos quedamos dormidos con una sonrisa... o con una lágrima.

Aún así, no existís. No exististe. Fuiste un bonito espanto. Un espanto que no espantó. Un espanto que hizo llegar miles de incertidumbres, pero que después se las llevó. Te agradezco por eso.

Ahora, sin incertidumbres, desearía que volvieras a aparecerte, y me espantaras... Me llenaras de miedo y de confianza. De confianza en tí... y en mí.

Aunque, no volvamos esto tan formal. ¿Es necesario que nos enamoremos para que ésto pase?
Si es asi... entonces, sólo asústame y vete. Por que no es tiempo de enamorarse. Es tiempo de amar."

Y si.. pensé todo eso con una canción hermosa. Menos mal sólo duraba 4 minutos.

miércoles, 9 de marzo de 2011

If I Could...

¿Cuántas veces he visto tu ventana ya? Como mil... sólo hoy.
Pero, no sé nada. No pienso nada. No modulo nada.

No sé ni qué decirte, como si algo me impidiera hacerlo. Igual, sos una fantasia toda bonita. Que está en mis imaginaciones mas imposibles. 
Y, en el momento en el que te hablo, en el que te miro... Todo colapsa. 
Nada es lo que parece. Y de vos, ya ni sé qué pensar.

Lo más raro, es que tampoco quiero sentirte acá adentro. Así que mejor, te presto una sombrilla para que caminés bajo la lluvia, de vuelta al Momento en el que te conocí, en el que te abracé con un abrazo sincero, no por formalidad. Recordá eso y todo será feliz. Como debe ser. :D

Si fuera sólo por mi...

Algunas veces pienso, y pienso en lo mismo, y le doy miles de vueltas para sacar la misma conclusión: es como si lo que hiciera no fuera por mi.

Es como si fuera una mentira andante. ¿Acaso soy realmente así? 
Quizá ése sea el problema, la gente conoce, pero no alcanza a conocer. Sino que esperan encontrar lo que buscaban, o, no querían conocer realmente. Es como si el mundo me quisiera cambiar. 

Alguien alguna vez me dijo que era una persona auténtica, una nena original y decidida. Pero, cada vez lo dudo más. Soy igual! bueno, en lo que cabe decir igual. 

Por que, en ser común está la rareza. Bien hemos vivido los cambios del mundo por ser original, de la gente por ser diferente. Y quienes no nos comprometimos con hacer actualizaciones permanentes del sistema somos los raros. ¿Raros? Común es ser diferente. 

Mientras intentaba dormir en una de tantas oportunidades, comprendí que estoy enamorada. Muy enamorada. 
Enamorada de lo que no conozco. ¡Es tan fascinante! Que te dan ganas de conocer. Y cuando encontrás ese amor, nunca te cansás de conocer, de descubrir, y se vuelve algo hermoso y eterno. Pero, hay ocasiones en las que te das cuenta que era mejor no conocer. Quedarte con la duda. Siendo ya demasiado tarde para dar vuelta atrás. 

Y te encuentras de nuevo en el principio del camino, diciendo adiós.

Espero ser lo que no esperás. ¡Tranquilo que el golpe avisa!