Here... Something

Viendo la necesidad de escribir, sabiendo lo bien que puedo llegar a escribir; decidí idolatrar lo que escribo y publicarlo, de manera que solo unos cuantos, quizá los realmente interesados, lean lo que me llega por inspiración; quizá divina, quizá terrenal...

Gracias por Leer, disfruten.

Nela

jueves, 17 de marzo de 2011

"Se dijo a sí mismo..."

(...) Con un cigarrillo en la mano se dispuso a cruzar la calle, mientras revolvía su cabello para ponerse la boina.
Sí, hacía siempre el mismo movimiento detrás de su oreja izquierda con la mano derecha, acomodándose los cabellos largos que no tenían remedio alguno. Eran las 4 de la tarde.

Hacía un cielo incomprendido, de ésos cielos que no se sabe si va a llover o si se preparan minuciosamente para mostrar el mejor de los atardeceres. Su intención era llegar al lugar debido, sin distracciones, sin pensarlo dos veces, sólo llegar puntual.

Aunque, lo estaba pensando dos veces. Comenzaba a repasar la instruccion y se daba cuenta que no era lo que debía ser. ¿Correr? ¡Ni en las curvas! Sus zapatillas eran nuevas y no fueron para nada económicas. Además, su abrigo de $970 dólares no lo dejaría correr con libertad. "Debe haber otra salida" Pensó una vez más. 

Buscó aceleradamente en sus bolsillos mientras caminaba estrujando entre la multitud, el cigarrillo se había perdido siete pasos atrás. No tenía dinero alguno. Lo último fué lo justo para comprar las zapatillas y un rico café de Bernadette, en la esquina de la librería. Sólo unos centavos que no alcanzaban ni para tomar el autobús. 

Eran ya las cuatro y cuarto, y la catedral se llenaba lentamente. "Seguramente un funeral antes de la misa de cinco y treinta" le dijo una mujer a lo que debía ser su marido. No le importaba.

Estaba tarde y no quería llegar, pero si tomaba un desvío se darían cuenta. Si huía alguien más lo sabría; "Acá las farolas tienen ojos y oídos" se dijo a sí mismo, en voz relativamente baja y sin mover mucho los labios. No quería que lo tomaran por loco, hablando solo, aún siendo síntoma de genialidad. 

Debía tomar una decisión rápida, certera, propicia para él. Ya era hora de pensar en él. No quería llegar, no estaba muy lejos. Las ruedas de los coches goleaban el empedrado al pasar, todo pasaba lentamente por su cabeza. Y no sabía que hacer...

No hay comentarios:

Publicar un comentario